domingo, 24 de mayo de 2015

Ida Vitale, Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana

Premio a casi un siglo de poemas puros

La uruguaya Ida Vitale recibe el reconocimiento más importante en español
GENERACIÓN DEL 45. Ida Vitale (sentada en el centro) y Carlos Maggi (de pie, tercero por la izquierda), en una reunión de escritores uruguayos con Juan Ramón Jiménez (de pie, en el centro).
GENERACIÓN DEL 45. Ida Vitale (sentada en el centro) y Carlos Maggi (de pie, tercero por la izquierda), en una reunión de escritores uruguayos con Juan Ramón Jiménez (de pie, en el centro).
La Razón (Edición Impresa) / Carmen Sigüenza - EFE
00:00 / 24 de mayo de 2015
 
La poeta uruguaya Ida Vitale se convirtió el miércoles en la quinta mujer en obtener el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, considerado el premio más importante de la poesía en español. De esta forma se reconoce la extensa obra de una autora que ha recorrido casi un siglo llenándolo de poemas, lecturas, traducciones y ensayos. El escritor español Luis Antonio de Villena, miembro del jurado, afirmó que a la hora de tomar la decisión lo han tenido fácil: “este año, aunque han quedado tres grandísimos poetas finalistas, la decisión ha sido clara porque Vitale, a punto de cumplir 94 años, tiene una trayectoria literaria muy completa”.
Vitale pertenece a la generación del 45, la misma de Benedetti, Aldea Vilariño y Carlos Maggi, que falleció esta misma semana. Todos ellos tienen como faro al también uruguayo Juan Carlos Onetti. Pero en Vitale, además, se reconocen otras influencias importantes. De Villena señala que “su poesía es pura, con Juan Ramón Jiménez como punto de partida”, aunque tampoco se le pueda considerar solamente una discípula de ese premio nobel: “Sus poemas van más allá, son los de alguien que ha leído a Juan Ramón, sobre todo el de la última etapa más metafísica, y lo ha interiorizado, porque la obra de Vitale es la de alguien que interioriza todas las visiones sobre la realidad de la vida”, añadió Villena.
El representante de la asociación de autores de Uruguay, Ignacio Suárez, opinó que el galardón es muy merecido y que, hasta cierto punto, va más allá de la obra de Vitale, porque ésta es “muy representativa de la generación del 45”. Este grupo marcó un nuevo camino literario “que rompió con la vieja tarjeta postal presentada por la camada de poetas anteriores”, que planteaba “un Uruguay bucólico”, y pasó a utilizar la poesía como una herramienta para “interpretar la realidad e incidir en ella”.
MÉXICO. Esa forma de enfocar lo que le rodea la compartió y la enriqueció con otros grandes escritores. Vitale heredó su elegancia, su lucidez y su cosmopolitismo de una familia italiana emigrada a Uruguay, y en aquel país obtuvo su primer estilo. Pero en 1974 se trasladó, exiliada en México, huyendo de la dictadura, y allí desarrolló su estilo junto a Octavio Paz —con quien trabajó en la revista Vuelta— y al escritor, ensayista, poeta y dramaturgo español José Bergamín, exiliado como ella.
Vitale actualmente imparte clases en la universidad de Texas (EEUU) y visita Europa a menudo, para saludar a sus colegas y amigos, dictar conferencias y formar parte de prestigiosos jurados literarios. En su faceta académica ha publicado reconocidos estudios sobre Antonio Machado, Cervantes y Jorge de Lima.
El jurado del premio, al emitir su comunicado, hizo un juego de palabras que quizás parezca un tanto fácil, pero que define bien a la poeta: “es una mujer que hace honor a su apellido, Vitale: está llena de vitalidad y hoy sigue escribiendo y trabajando”. Así, la escritora continúa aumentando una obra ya muy rica y llena de una lírica pura, íntima y honesta, en la que destacan poemarios como Palabra dada, Mella y criba, La luz de esta memoria, Paso a paso, Jardín de sílice, Un invierno equivocado, La luz de esta memoria o Reducción del infinito.
Todo este trabajo estará ahora más al alcance de los lectores, pues el premio que acaba de recibir Vitale incluye la edición de un volumen antológico de su obra poética, con estudios y notas a cargo de un destacado profesor de literatura de la Universidad de Salamanca.
Pero la poeta uruguaya ni mucho menos es solo pasado: aún continúa produciendo, y a buen ritmo. Le preguntaron si este premio le devuelve un poco de energía para afrontar su trabajo y ella respondió: “¿Energía? Energía, para los editores”. La uruguaya ya afirmó hace dos años que para mantener tanta actividad a sus años “la clave está en ser honesto con uno mismo y con el lector, aunque siempre hay una parte de juego cuando uno escribe”.
Al enterarse de que había sido premiada, Vitale se acordó de Maggi y los demás compañeros de su generación: “Los países pasan por momentos de esplendor en las Letras. Hay generaciones con las que parece que todo lo bueno se concentra en un lugar y un instante”. La poeta opinó que hoy día, Uruguay pasa por un buen momento de creación en campos como el cine, y, como emigrante que es, recomendó a los escritores de su país que “no se encierren en un círculo uruguayo”, ya que la literatura tiene que convertirse en un instrumento para “conectar a personas de países diversos”.